viernes, 13 de abril de 2012

La gata negra

Kevin salió de su casa  como siempre a las 12 de la noche a fumar en la esquina. Luego de culminar el segundo cigarro decidió entrar de nuevo. Cuando ya casi lo hacía se dio cuenta que por la otra esquina caminaba de forma encantadora y misteriosa la gata negra. Él se detuvo a observarla por un instante hasta que la figura  desapareció en la oscuridad.
              Al día siguiente Kevin volvió a salir a la misma hora a fumarse algunos cigarrillos para despejar su mente, se sentó en el muro de  la esquina y cuando encendía unos de los cigarros se dio cuenta que la gata negra estaba parada en medio de la calle observándolo, él conecto su mirada con la de ella, la mirada de ella le insinuaba cosas. Pero Kevin tenía un poco de medio porque nunca había hecho tal cosa, así que se levantó y entró rápidamente en su casa.
            Al otro día demoró en salir, la noche estaba más oscura y él no quería encontrarse de nuevo con singular figura, pero la ansiedad de fumar lo indujo hacerlo, agarró los fósforos, algunos cigarros, abrió la puerta y salió. Volvió a sentarse en el muro, cuando ya fumaba y se relajaba, escuchó los voz excitantes de la gata negra que simulaban sus celos, Kevin volteó su mirada lentamente hacia ella y detalló la desnudez de su figura la cual lo invitaba a desaparecerse en la oscuridad de su piel, él cedió a tal propuesta y desde ese momento lo único que queda de él son los fósforos y los cigarros que dejó olvidados en la esquina de su casa.

martes, 21 de febrero de 2012

La muñeca

        
            Días anteriores algunos niños del barrio elevaban volantines cerca del poste de la esquina, sin querer un volantín quedo enredado entre las cuerdas y un pedazo del rabo cayó en el tubo donde se coloca el bombillo.
            La muñeca había sido un obsequio de la tía Sara. Ella venía en una caja rosada, que con el tiempo se convirtió  en una especie de prisión. La niña Francis al recibir el regalo se alegró mucho porque agregaría una nueva muñeca a su colección, agarró la caja se dirigió a su habitación y la colocó en un rincón.
            El fabricante de la muñeca la hizo de tal forma que simulara una bebe de varios meses. Ella tenía un vestido rosado; sus ojos eran azules, no tenía cabello, sus extremidades están hechas de goma al igual que su cabeza, el cuerpo era de algodón y tela blanca, y para darle dinámica le implantó en el estómago un mecanismo para que cuando se le apretará pronunciara las frases: hola mamá, dame tetero y por ultimo un llanto que no cesaba.
            La muñeca ya en el rincón observaba que su dueña tenía varias muñecas desde ese lugar veía a las chicas Bratz, a las Barbies, a Poli, la Sirenita, Campanita, las de trapo, la que cocina, la que baila, la que canta, entre otras.
            Luego de varias semanas la muñeca permanecía inmóvil en el mismo rincón donde fue colocada. En varias ocasiones la niña Francis entró a jugar con las demás muñecas pero a ella ni la miraba.
            Un día ya de noche esta muñeca que había sido olvidada decidió irse de esa casa donde no le daban uso y emprendió la aventura de fugarse. Como pudo abrió la caja, bajo hasta el suelo y gateo hasta la puerta, por fortuna o desgracia estaba abierta, nadie la vio salir. Ya afuera de la casa seguía gateando lo más lejos posible.
            En el camino tratando de esquivar algunas piedras se golpeó el estómago y enseguida pronuncio la primera frase “hola mamá”;  cerca de ella no se encontraba nadie que la escuchara, solo un perro que al verla se le acercó. Ella se quedó estática para que el perro no le hiciera nada, sin embargo eso no impidió que el perro al tratar de jugar con ella le arrancara un brazo con todo y el vestido que cargaba.
            Ese día a temprana hora había llovido y por lo tanto las calles están llenas de agua y barro. Luego que la muñeca había quedado mocha siguió gateando varios metros más hasta llegar a la esquina donde estaba un poste, al llegar al el intentó subirlo pero resbaló, al caer se ensucio de barro y se golpeó el estómago por segunda vez, entonces, pronunció la segunda frase “dame tetero” pero nadie la escucho.
            Volvió a intentar subir al poste cuando ya iba por la mitad su figura se reflejó en un charco de agua que había debajo de ella. Notó que estaba sucia, desnuda y de paso mocha eso la hizo sentir un amargo dolor, subió un metro más y se amarró al cuello un pedazo de rabo de un volantín que había quedado enredado en el tubo donde se coloca el bombillo. Se dejó caer y el impulso hizo que se golpeara por última vez el estómago pronunciando así  un llanto que no cesaba.

sábado, 18 de febrero de 2012

La conversación



Luego de haber  dormido alrededor de dos horas fué que despertó.
Su día había sido  muy extraño, la sola acción de haberle pedido la bendición a su mamá ya  lo hacia raro, sin embargo, a transcurrir las horas no le ocurrió cosa fuera de lo normal, solo aquellos detalles como la  aceptación por parte  de la universidad para que cursara los estudios de psicología y la oportunidad que le dio la chica de cuerpo bonito y cabello ondulado para establecieran una relación.
Cuando se concluía ya el día a eso de las 8pm decidió leer algunos libros de poemas, leyó varios de ellos pero de pronto cayó rendido en su hamaca que estaba ubicada cerca de una de las ventanas de la planta de arriba. 
Después de dos horas una brisa semi fría lo despertó, notó que estaba vestido. Se levantó de la hamaca y se  inclinó sobre la puerta, desde ahí observaba por  la ventana,  todo estaba oscuro, y de pronto siente que la noche le quiere hablar, el la ignora. Pero la necesidad que tenía la noche de conversar la hacia más oscura. Entonces, decidió escucharla hablar. Las horas se consumieron mientras la noche le contaba las más bellas y exóticas  historias aun inéditas.
El chico a pesar que solo se limitaba a preguntar y a hacer escasos  comentarios estaba fascinado de escuchar la voz silenciosa  de la noche. Con el pasar de las horas la conversión se disolvía debido a que la luz disminuía el estético lenguaje de ese trapo negro que cubre la tierra. De pronto llegó el día y el dialogo concluyó. El joven se dirigió a su hamaca lentamente  recordando algunos poemas leídos. Pero su mente no paraba de decirle que haber  conversado  con la noche era haber leído el más bello de los poemas.