sábado, 18 de febrero de 2012

La conversación



Luego de haber  dormido alrededor de dos horas fué que despertó.
Su día había sido  muy extraño, la sola acción de haberle pedido la bendición a su mamá ya  lo hacia raro, sin embargo, a transcurrir las horas no le ocurrió cosa fuera de lo normal, solo aquellos detalles como la  aceptación por parte  de la universidad para que cursara los estudios de psicología y la oportunidad que le dio la chica de cuerpo bonito y cabello ondulado para establecieran una relación.
Cuando se concluía ya el día a eso de las 8pm decidió leer algunos libros de poemas, leyó varios de ellos pero de pronto cayó rendido en su hamaca que estaba ubicada cerca de una de las ventanas de la planta de arriba. 
Después de dos horas una brisa semi fría lo despertó, notó que estaba vestido. Se levantó de la hamaca y se  inclinó sobre la puerta, desde ahí observaba por  la ventana,  todo estaba oscuro, y de pronto siente que la noche le quiere hablar, el la ignora. Pero la necesidad que tenía la noche de conversar la hacia más oscura. Entonces, decidió escucharla hablar. Las horas se consumieron mientras la noche le contaba las más bellas y exóticas  historias aun inéditas.
El chico a pesar que solo se limitaba a preguntar y a hacer escasos  comentarios estaba fascinado de escuchar la voz silenciosa  de la noche. Con el pasar de las horas la conversión se disolvía debido a que la luz disminuía el estético lenguaje de ese trapo negro que cubre la tierra. De pronto llegó el día y el dialogo concluyó. El joven se dirigió a su hamaca lentamente  recordando algunos poemas leídos. Pero su mente no paraba de decirle que haber  conversado  con la noche era haber leído el más bello de los poemas.

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