sábado, 30 de marzo de 2013

El fanático

 A Madaí Hernández 
         “Espero que algún día te vuelvas loco por ver tantas películas de ese tipo” Fue lo último que le dijo Angélica a su novio Semaj cuando concluyeron  la relación amorosa que tenían.

Semaj era un joven adicto a las películas de un actor especifico y desde años atrás acumulaba en su mente imágenes de varias películas vistas donde él actuaba, para este joven era inevitable querer ser parte de alguna escena de  ellas y muchas veces conversando con sus amigos y amigas les mencionaba el placer que sentía cuando una parte de la película le gustaba mucho. Tanto era ese placer, que en varias ocasiones les relataba literalmente y con exactitud  las frases que su personaje  decía en cualquier película. Por ejemplo; una vez Beatriz le dijo que se estaba volviendo loco de tanto ver películas de ese hombre y él solo recitó la frase “las mejores persona lo están”

Un día Semaj, decidió incluir algunos episodios de varias de esas películas a su vida. Así que de pronto montó una fábrica de chocolates, donde realizaba los más deliciosos dulces, se dice que dicha fábrica estaba   ubicada en el fin del mundo y que repartía los chocolates por todo el Caribe navegando por aguas misteriosa en su apreciado Perla.
Luego de un tiempo se dio cuenta que ese negocio no le daba resultado porque nadie podía acceder a la fábrica ya que ningún ser sabia donde se ubicaba, mas solo la podían encontrarla los que ya sabían su precisa ubicación. Por ende dejó a un lado la fábrica y así se mudó al país de las maravillas, se pintó el cabello de rojo y empezó a realizar los más extraños sombreros jamás visto, pero una vez cuando dormía soñó que la reina roja se los robaba, entonces se fue de allí olvidando por completo el arte.
Ahora estaba desempleado, entonces caminando muy particularmente se introdujo en una casa antigua la cual simulaba una barbería, allí empezó a afeitar a personas que sin duda él imaginaba que eran su clientela, en ocasiones les colocaba la navaja en el cuello a algunos de ellos y cantando una ópera los acecinaba, los cadáveres imaginarios  le sirvieron de alimento por algún tiempo.

Luego de varios días cuando dormía  se despertó y al hacerlo tuvo la  sensación de que no solo debía afeitar a hombres si no que también debería cortarles el cabello a las mujeres, entonces se amarró varias tijeras en las manos y emprendió la labor de la peluquería, quizás por algún trastorno mental, él también se imaginaba que muchas chicas llegaban al lugar para que el con sus delicadas manos de tijeras les hiciera el mejor corte del mundo, de pronto un accidente quizás planeado lo indujo a fugarse de ese lugar, le había cortado la cara una de las chicas, eso lo obligó a salir de allí.

También se imaginaba que la policía lo buscaba por todas parte, por eso decidió esconderse en una tumba en la cual se quedó dormido por dos horas, cuando despertó creyó que habían pasado dos siglos, estaba vestido de negro con una capa y tenía mucha sed pero el agua no se la zaceaba, él juraba que se había convertido en un vampiro y hasta se sentía los colmillos en su boca. Se hizo de noche y empezó a desplazarse por todas las calles, Semaj se dirigió a la casa de su ex novia, en ese preciso momento recordó que ella le había hecho como especie de maldición él la veía como una bruja, por desgracia ella estaba sola, Semaj entró a la casa, se le acercó y le dijo tu maldición es que no sabes amar y en ese momento la mató, huyo de la casa, luego de varios minutos la policía se dio cuenta del asesinato lo buscaron por todos lados hasta que dieron con su paradero lo agarraron y lo encerraron en un manicomio al darse cuenta que estaba loco, un oficial le mencionó a una de las amigas de Semaj que cuando lo aprendieron el había repetido varias veces la palabra “Parley”.

Actualmente han pasados varios años desde que lo arrestaron, algunas personas cercanas a él se preguntan si estará bien o si sigue vivo, sus amigos más íntimos saben que si, porque hoy sigue nevando, mientras él  encerrado en el manicomio jura estar navegando a bordo del holandés errante y además de ser parte de la tripulación y parte del barco. Y con una botella ron en la mano no para de cantar el tema que dice “Saqueamos, robamos sin nada importar todos brindando yo ho, yo ho, yo hoooo pirata siempre ser”.